Durante la entrega del premio Nobel a Malala Yousafay, un mexicano interrumpió la ceremonia con una bandera nacional pintada como si estuviera manchada de sangre y le dijo a Malala que «no te olvides de México, queremos paz». Por supuesto, fue detenido y será expulsado del país, a pesar de su petición de asilo. Y si, aunque dio nota, no logrará nada a favor de la causa: solo queda claro que los mexicanos no saben ni protestar «con la ley en la mano». A ver qué sucede. Milagros, no hace Malala. Nerilicón en El Economista.

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