Pues ya empezó el proceso electoral de 2015, ahora a cargo del Instituto Nacional Electoral, quien dice que la principal diferencia será que la fiscalización de los ingresos y gastos de los partidos será en tiempo real, gracias a un nuevo sistema de contabilidad… Lo que garantiza que el dinero oficial se contabilizará bien, pero que deja afuera las carretadas de dinero disfrazado y «contabilidad creativa» que validan las trampas de los mapaches electorales. En fin, veremos quien gana. Nerilicón en El Economista.

Primero deberían dejar de validar partidos a diestra y siniestra para concentrar los votos en dos o tres líneas políticas, ya después llevar la contabilidad de las grapas y el azúcar si quieren.
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