La canonización de San Juan Pablo II llega en medio de una gran polémica: para muchos, se tardó y debió haber sido santo subito inmediatamente después de su muerte, debido a su gran trabajo apostólico y su fervor mariano. Para otros, el encubrimiento de los casos de pederastia y la malversación de fondos del Banco Vaticano, que no supo castigar adecuadamente, deben ser motivo suficiente para negarle la santidad. Como sea, los católicos del mundo tienen dos nuevos santos en sus altares. Recomendamos leer «Santos Papas» para entender más. Horax en Milenio.