La magia de Gabriel García Márquez es que podía, a las cosas cotidianas, ponerles un componente de magia, el «realismo mágico» que con él despegó y que tanto gustó e identificó a la literatura latinoamericana por varios años. Eso es parte del homenaje póstumo que se le rendirá hoy en Bellas Artes. El problema es que lo nuestro, como señala Rocha en La Jornada, lo nuestro se está volviendo realismo trágico…
