La cosa es simple: Fernando Escalante publicó en La Razón que La Jornada practica un periodismo militante, con una línea prochavista e incapaz de reconocer ningún tipo de error de Nicolás Maduro. Carmen Lira, Directora de La Jornada se quejó con Roberto Garza Cantú, dueño del diario, por esos ataques, y éste se comprometió a que jamás se repetirían. Instruyó a Escalante y a Pablo Hiriart: «No se tocan más los temas que molesten a nuestra amiga, Carmen Lira y punto». Por ello, Pablo Hiriart, Director General y Fundador de La Razón renunció a ese medio. En entrevista con Ciro Gómez Leyva declaró: “Cuando La Jornada se lanza a defender abiertamente al gobierno de Nicolás Maduro y a sus adláteres, creo que los articulistas de La Razón tenían derecho a decir que eso estaba mal. Si la directora de La Jornada, o sus allegados, se quejan y ya no es posible seguir tocando el tema, y hay consecuencias, como la salida de Fernando, el director tiene que empacar sus cosas”. Y añade: «Como director puedes discutir con los articulistas, pero a fin de cuentas ellos son dueños de sus espacios, de su palabra. Y la función del director del diario es tutelarlos ante todo tipo de presiones. Cuando ya no es posible defender lo que en buena conciencia, y con calidad, escriben es momento de irse». Aquí, su texto de depedida. Nos parece muy triste decisión que expulsen a alguien de un periódico por criticar a otro periódico. Cartón solidario con la libre expresión, de la pluma de Paco Calderón desde su sitio.
