Notable: algunos diputados que estaban a favor del gravamen a las bebidas azucaradas han cambiado de opinión y, en lugar de defender la salud de los mexicanos, han optado por defender los empleos que crea esta industria. En noticias no relacionadas, trascendió que los embotelladores mexicanos ofrecieron 2 millones de dólares a cada uno de los cuatro despachos que hacen lobbing en contra del impuesto si logran «descarrilarlo». ¿Cuánto se quedará en los despachos y cuánto fluirá a «reorientar» los votos de los legisladores…? No lo sabemos, pero suena que los representantes populares gozarán de amplios pedacitos de la «chispa de la vida», aunque millones de compatriotas pierdan la suya ante las enfermedades prevenibles que no se preverán. Perujo en El Economsita.

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