Pues hoy se conmemora un aniversario más de la expropiación petrolera, medida política de corto plazo que en su momento Lázaro Cárdenas decretó para resolver un conflicto laboral, pero que a mediano plazo mostró ser muy positiva, y que creó uno de los mayores hitos nacionalistas posterevolucionarios, ubicando una simple mercancía como todo un símbolo inamovible.. Y ciertamente el mayor problema de PEMEX no radica en que no tiene socios privados, sino que tiene el peor sindicato petrolero en el mundo. Para darnos una idea, la refinería de Deer Park, Texas, en la que la petrolera mexicana es socia, tiene una productividad tres veces más alta que sus contrapartes nacionales. Y la única diferencia es que no se rige por un contrato colectivo que, por ejemplo, obliga a darle el 10% de todos los contratos realizados al Sindicato. Y como esas, muchas más fallas que son intocables por el mito de la «soberanía nacional». Más que inversión privada o privatización, habría que empeñarnos en cambiar las condiciones del sindicato… lo que es realmente inviable. Por lo pronto, el presidente Peña describió un escenario complicado para el futuro de Pemex en el caso de que no se realice su modernización. De continuar las tendencias actuales de producción y consumo, para 2020 México podría convertirse en un país estructuralmente deficitario en energía
Por eso, acabaremos empeñando más el futuro. Rocha en La Jornada.
