Está claro: las señales del fin del mundo -incluyendo la renuncia del Papa, la caída del meteorito, la captura de Elba Esther, el virtual empate entre el cómico Beppe Grillio y el payaso Berlusconi en Italia, el «recorte automático» en el presupuesto de Estados Unidos… y lo que venga- muestras que interpretamos mal a los mayas por 3 meses: el fin del mundo no era en diciembre de 2012 sino en marzo de 2013… Seguro «alguien» movió un punto decimal en algún cálculo. Nerilicón en El Economista.
