Uno de los episodios más dignos en la vida de Carlos Fuentes es que renunció a ser embajador en Francia cuando se nombró al expresidente Gustavo Díaz Ordaz como embajador en España; no quería tener que compartir espacios con el responsable directo de la masacre del 2 de octubre de 1968. Tras su funeral en Bellas Artes se cumplirá su ultima voluntad: que sus cenizas sean depositadas en el cementerio francés de MontParnase… en dónde yace Porfirio Díaz, el dictador contra quien se realizó la Revolución Mexicana de 1910. ¿Será un digno compañero… o mera casualidad? Calderón en su sitio.
