Pues nada, que en más de 1,000 fracciones arancelarias -de manera destacada Zapatos y Acero- desaparecen las «cuotas de adaptación» que pagaban los productos chinos de hasta 300% adicional a su valor. Se va a abrir la frontera, lo que es excelente noticia para los consumidores y pésima para los productores. Cuidado con el Dragón. Perujo en El Economista
