De la reforma política que pasó con muchas trabas en contra de los ciudadanos -reducción de diputados, no a la reelección consecutiva de legisladores y presidentes, trabas a las candidaturas ciudadanas (aunque se aceptan)- entre otras, se aprobó la figura de «revocación del mandato». Que de un lado permite retirar a un gobernante electo que no funcione, pero del otro se vuelve una herramienta de golpeteo político: pides que lo quiten, pides que lo quiten, pides que lo quiten… y si no lo quitan, acusas de encubrimiento. Y si lo quitan… pues igual y sale peor. Por eso el engendro ese se disfraza de democracia. Cartón de Paco Calderón.
