¡Magazos!
Cada quien para su cada cual, pero ambos presidentes, Obama y Calderón, hicieron un truco para aumentar su popularidad: uno, «aparaeció» a Osama Bin Laden, para desaparecerlo después en el mar; el otro, apareció en primera fila y a unos pasos del Papa Benedicto XVI y le invitó a venir a México, en ocasión de la beatificación de Juan Pablo II. Veremos si el truco funciona… y por cuánto tiempo.
